viernes, 25 de enero de 2008

EL HIJO DE LA PRADERA (Tumbleweeds). 1925

Un vaquero, acostumbrado a ir solo por la vida sin más techo que el cielo y más casa que las verdes praderas, conoce a una chica y se enamora. Así, decide luchar por conseguir un terreno donde vivir junto a ella. Para conseguirlo deberá tomar parte en una loca carrera hasta alcanzar la tierra prometida.


El mejor film del singular actor William S. Hart, que comenzó en el teatro representando nada menos que obras de Shakespeare. Ya con 44 años empezó a interpretar a cowboys en el cine y lo hizo bien por su manejo con el caballo.
Este film es una gran película, ágilmente dirigida por el propio Hart y King Baggot, el mejor western de la época muda, un canto a los pioneros del oeste, resaltando sus valores humanos, sus ganas de comenzar una nueva vida.

Las escenas de la carrera hacia su sueño son espectaculares, muy bien rodadas, con brío.
El resto se ve de forma placentera, no cansándose el espectador en ningún momento. Excelente fotografía, naturalmente en blanco y negro.
A William S. Hart le acompañan en este singular western Bárbara Bedford, Lucien Littlefield, y/o J. Gordon Russell.







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