viernes, 18 de julio de 2008

MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS (They died with their boots on). 1941

La historia del General Custer, que culminó con su muerte en la célebre batalla de Little Big Horn contra las tribus indias a las que durante años masacró.

Uno de los mejores westerns de la historia del Séptimo Arte y una de mis diez películas favoritas de todos los tiempos. ¿Por qué? Pues no es porque la considere una de las diez mejores, pero sí que reúne todo aquello que yo le pido a un buen film: espectacularidad, entretenimiento, acción, humor, amor, y que pueda, además, aprender algo, por ejemplo de historia.
¿Quiere esto decir que se puede considerar a "Murieron con las botas puestas" como un film histórico? Pues....rotundamente no. Es más, es la película antihistórica más clara de la historia del cine.
El hecho es que prácticamente todo lo el aquí magistral Raoul Walsh narra, es mentira podrida. Partiendo del hecho de que el general Custer aparezca retratado poco menos que como un héroe, cuando a estas alturas ya sabemos que está considerado como uno de los asesinos en serie más famosos, no en vano, por sus directas órdenes se asesinaron a cientos de "pieles rojas", preferentemente niños y ancianos...
Y es que el dicho de "el mejor indio es el indio muerto", como quien dice lo acuñó él.


Pero dejando esto aparte, este trabajo cinematográfico es inconmensurable desde el punto de vista de puro cine. Pura adrenalina, narrada con brío, entusiasmo, un sentido del ritmo prodigioso, y unas interpretaciones excelentes (Flynn, De Havilland, Kennedy, Quinn....).
Por ello la peli es magnífica y se pasan las dos horas y pico que dura, la mar de bien. Es más, conviene verla cada, digamos, seis o siete años, pues así uno/a puede recordar lo que es el CINE con mayúsculas.
Magnífico film, considerado como uno de los grandes en el western y una película imperecedera en líneas generales.




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3 comentarios:

Quimérico Inquilino dijo...

Suscribo punto por punto todo lo dicho en tu comentario.
Para mí la escena de la despedida de Caster y su esposa cuando saben que no van a volver a verse es una de las más enfermizamente románticas de la historia del cine.
Como bien dices, para verla cada x años.
Un saludo!

Víctor Bilbao dijo...

Hola, amigo Quimérico,

En efecto, al ver esta escena, ¡y mira que ma lá sé de memoria!, se me pone la carne de gallina.
Es emotiva, y romántica hasta enfermar, en efecto, muy bien dicho.
El rostro de De Havilland (maravillosa actriz, todavía viva, gracias a Dios), es un poema vívidamente doloroso de incondicional amor a su esposo.
Y luego están muchas escenas de acción, como los violentos encuentros con el malvado personaje magníficamente interpretado por Arthur Kennedy y no digamos ya la famosa batalla de Little Big Horn.

En fin, amigo, una ya mítica película en mi humilde opinión.

Víctor

Víctor Bilbao dijo...

Hola Luis,

Soy el hermano de Iñaki Bilbao (www.filmsencajatonta.blogspot.com), a quien también has dicho lo mismo, que le has vinculado, etc.
Y que yo haya comprobado, él sí te ha vinculado, pero tú todavía a él no, y a mí tampoco. O por lo menos no lo he visto. Así que hazlo, por favor. No es que me importen estas cosas, pero si dices que lo haces, pues hazlo.

Un saludo.

Víctor