lunes, 25 de febrero de 2008

RAVENOUS. 1998

En el año 1847, un oficial del Ejército de los Estados Unidos realiza una acción heroica, con la que gana honores. Sin embargo es enviado a una región apartada, en las montañas nevadas de California. Allí debe estar aislado, junto con un grupo de hombres.
Un día reciben la visita de un hombre, Colhoun, quien aparece medio muerto.
Cuando se recupera les cuenta que viene de una zona apartada, donde una caravana de un grupo de gente, se vio, debido a la escasez de comida, de comer carne humana.
Al final debió huir por si el oficial le comía a él.
Al comentarles que todavía, en una cueva quedaban el oficial enloquecido y una mujer, deciden ir a salvar a la mujer.
Cuando llegan allí nada es lo que pensaban, dándose lugar a una caza entre ellos.

Curiosa, entretenida y hasta original película, que sin embargo, no convence del todo.
No era empresa fácil pues unir los géneros del western y del terror, amén de poco tocado en el cine, resulta, en principio y en teoría, algo indigesto aunque atractivo. Así pues, hay que reconocer, al menos, la valentía de Antonia Bird para intentarlo.
Resulta una verdadera lástima pues tenía todos los boletos para ser una de las películas del verano. Sin embargo, y como sucede con las pelis de Bird, algo falla. A veces el ritmo, a veces la utilización de la música, algunos tiempos muertos.

El comienzo está bien y el final también, pero no se logra mantener el interés en todo momento, aunque se sigue bien por aquello de qué pasará pues en todo momento hay curiosidad por cómo finalizará la historia.
Los intérpretes (Guy Pearce, Robert Carlyle, Jeremy Davies, David Arquette, Jeffrey Jones, John Spencer) son buenos, y denotan entusiasmo y credibilidad a cuanto hacen, aunque hay diversas sobreactuaciones en algún momento, algo comprensible dados los personajes que deben dar vida, todos bajo un peligro más allá de la comprensión humana y siempre terrorífico.


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