domingo, 5 de octubre de 2008

EL RABINO Y EL PISTOLERO (THE FRISCO KID). 1979. Valoración de los bloggeros: 7




Un rabino debe trasladarse desde Polonia hasta San Francisco (Norteamérica), allá por el año 1850, con la idea de llevar una congregación y de paso contraer matrimonio con una judía residente en la población.
Durante el viaje conocerá a un atracador de bancos, que se hará su mejor amigo.


Simpático western, rodado en tono casi paródico, es cecir, con mucho humor, no siempre bien conseguido, pero siempre tratando de limar asperezas con la violencia intrínseca del género rey por excelencia, que tantas y con tanta fortuna, había tocado antes el maestro Aldrich.
Con esto quiero decir que la cinta no está nada mal, dejando un buen sabor de boca, si es que no se le exige demasiado, cosa que se podía perfectamente esperar dada la personalidad de quien estaba tras la cámara, nada menos que el maestro Robert Aldrich, un excelente director, autor de un buen puñado de películas que transmitían unas excelentes sensaciones de virilidad, honorabilidad y apuesta por la justicia, por el ser humano luchando solo contra la injusticia de los grandes terratenientes o leyes injustas que menospreciaban la vida y dignidad de los más desfavorecidos.
En esta ocasión también vemos algo de eso, pero siempre bajo la pátina del humor, un humor que va de lo chusco a lo inteligente pero que, menos mal, todavía contiene algo de lo mejor de Aldrich, estupendas escenas de acción, como las del tiroteo en la playa o la pelea en el saloom.




Por lo demás, lo cierto es que no tiene nada especialmente relevante, como no sea ver a un aquí emergente Harrison Ford, que fácilmente gana la batalla pues al menos su personaje es de verdad, sin trampa ni cartón, y sin necesidad de hacer chorraditas o verse envuelto en situaciones dudosas como le ocurre al bueno de Gene Wilder, que lo hace bien pero se nota está algo fuera de ambiente. O quizás no lo esté él, sino Robert Aldrich, más a gusto en las historias de acción puras y duras.
Por tanto, y en lo que a mi se refiere, "El rabino y el pistolero", es un film simpático, que como western deja que desear, pero que en conjunto entretiene y resulta agradable, ayudándole a ello aspectos técnicos como la soberbia fotografía, que quita el hipo.
Acertados característicos, como el añorado "Falconetti", William Smith.



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