martes, 27 de abril de 2010

EL CORREO DEL INFIERNO (Rawhide). 1951



El hijo de una estación de diligencias trabaja en ella para hacerse un hombre por deseo expreso de su padre.
Él es del Este y la vida dura no le va.
Cuando falta una semana para volver a su lugar de origen escapan tres peligrosos criminales de un penal y se refugian en la estación hasta que pase una diligencia que transporta oro, para robarla.
Su vida y la de una joven que viaja con una niñita corren peligro.





"¡Veinticinco días de viaje a través de Norteamérica!..
¡El correo de los tontos le llamaban!
...Pero hombres de hierro lo conducían...y asesinos de todas las especies intentaron asaltarlo.."


Así rezaba la publicidad del programa de mano del Cine Gran Vía, de Bilbao.




Excelente western, rodado magníficamente por Henry Hathaway en el mejor momento de su carrera, con no muchos medios pero sí mucho sentido de la narración.
Una narración ágil cuando tiene que serlo, cuando las cosas se ponen difíciles y la palabra debe dar paso a la ley del revólver, y tranquila, pero llena de tensión, cuando es preciso conocer la personalidad de sus diferentes y ricos personajes.
Personajes que están brillantemente interpretados por un grupo soberbio de actores y actrices (estas pocas, pero estupendas).
La virtud de la cinta está en el guión, nada menos que de Dudley Nichols, redondo y sin fisuras, y en la exquisita y recia dirección de Henry Hattaway. Esto hace que sea la trama en todo momento enormemente interesante y entretenida, habiendo momentos subyugantes en cuanto a intriga y suspense se refiere.
Interpretación excelente del siempre buen secundario Jack Elam, mucho antes de que su vis cómica saliera a relucir. Aquí no, aquí da miedo.
Una cinta muy agradable, far west puro y duro, que se degusta como el manjar que sin duda es.




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