viernes, 22 de enero de 2010

LA PUERTA DEL DIABLO (Devil's Doorway). 1950. Media: 8

Recién finalizada la Guerra de Secesión norteamericana, un indio, que ha combatido en el ejército del Norte, obteniendo la máxima condecoración, regresa a su tierra.
Allí es bien recibido por los suyos, pero no por los blancos.
El indio posee unas fértiles tierras, donde pasta su ganado.
Un taimado abogado hará lo imposible para que le quiten las tierras.


Excelente western dirigido con magnífico pulso dramático por Anthony Mann, que aquí dió muestras de lo que más tarde lograría, sobre todo en posteriores trabajos unido en perfecta armonía con James Stewart.
Se trata de una cinta dura, concisa, sin concesiones a la galería.
La narración va sin prisas, sin ornamentos, teniendo al principio posee un tono casi documental, para ser en su segunda parte una película épica.
Excelentes interpretaciones, sobre todo por parte de Louis Calhern, componiendo un malo inteligente y sibilino, capaz de decir con mucha labia lindeces para si te descuidas pegarte un navajazo por la espalda. Una auténtica vívora con cultura.
Gusta, aunque por la mitad parezca algo esquemática, pero es tan sólo una preparación para su parte final, sobrecogedora y soberbiamente realizada.
Gran labor técnica en campos como el maquillaje y/o la fotografía y banda sonora.Los paisajes corresponden a terriores de Colorado.
Un gran filme que deja un imborrable recuerdo y pone a los indios en su sitio, dejando bien a las claras quienes eran en realidad los malos.

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