lunes, 30 de noviembre de 2009

LAS FURIAS (Furies, the). 1950. Valoración: 7,15

En el rancho "Las furias", viven T.C. Jefferson, que es el patriarca, hombre hecho a sí mismo, y sus dos hijos, hombre y mujer.
El hijo es un buen chico, pero sin carácter, mientras que la mujer es una mujer ambiciosa, aunque justa.
El patriarca desea echar de sus tierras a una familia de mexicanos, los Herrera, cuyo primogénito es amigo de la infancia de su hija...




Buena película, más un drama que un western, aunque tiene de todo.
La trama, aunque se entiende a la perfección, resulta un tanto extraña, pero resulta sumamente interesante.
Los personajes son complejos, y la dirección (buena)de Anthony Mann, crea un clímax de thriller, más que propia del far west.
Interesante, aunque se aparta de la típica película "del oeste".
Y lo hace por varios motivos, pero sobre todo por su peculiar forma de narrar los acontecimientos, a la manera de una tragedia griega, donde el destino de los personajes juega con ellos de forma lenta pero inexorable.



Film en todo momento con violencia soterrada, que estalla en mil pedazos cuando se llega a los callejones sin salida del odio, los rencores y la pasión mas furibunda.
A todo ello ayudan la impresionante fotografía, cercana al expresionismo mas puro, de Víctor Milner y a la banda sonora del maestro Franz Waxman, soberbia y llena de fuerza dramática que magnifica aun mas el poderío de los rayos y truenos que resuenan a lo largo del metraje.
Excelente adaptación de la novela de Niven Busch, queda en la memoria por la fuerza de sus personajes, retroalimentados por los instintos mas bajos que guardan en sus almas, encarnados por maravillosos intérpretes, destacando al trío formado por el patriarca Walter Huston, simplemente magnifico, Bárbara Stanwyck en su laberíntica dualidad, y Gilbert Roland, espléndido en una escena capital que se queda en la retina y memoria para siempre.
Perfecta ambientación, con vestuario de nada menos Edith Heath, la mejor en su trabajo.




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