sábado, 12 de septiembre de 2009

EL ÚLTIMO HOMBRE DEL VALLE (Fighting Man of the Plains). 1949. Valoración: 5,50


En agosto de 1863, Jim Dancer conduce las guerrillas de Quantreel contra Lawrence, en Kansas.
Yancey, uno de los rufianes del grupo y responsable de su mala fama, arremete contra Evelyn Slochum, informando a Dancer de que el padre de la muchacha es el hombre que mató a su hermano.



Mediocre western realizado con el piloto automático porEdwin L. Marin, un director que aunque nunca hizo ningún film imperecedero sí que tenía oficio y experiencia como para al menos entretener al espectador.
Lo mejor de la cinta es que, indudablemene, cuenta con un buen reparto. El siempre eficaz Randolph Scott, para mí el segundo westermen de la historia del cine, acompañándole en esta ocasión intérpretes solventes y experimentados en esto del far west como Paul Fix, Víctor Jory, Rhys Williams y, entre otros, un jovencísimo Dale Robertson.



Pero no se trata de los mejores filmes de Scott, lo que ya es bastante decir dado que en su larga filmografía hay verdaderas medianías (también excelentes trabajos a cargo de, por ejemplo Budd Boetticher).
Se pasa el rato, pero se olvida de la misma al no tener nada de particular, aunque es estimable el trabajo de Paul Sawtell en la música y/o Philip Martin en el montaje.
Una más, del montón, pero no aburre.

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