domingo, 26 de julio de 2009

CALLE DE LOS CONFLICTOS, LA (Abilene Town). 1946. Valoración: 6,40

Abilene es una ciudad un tanto caótica, famosa en el far west por ser una de las principales (y en esta época, de las pocas) a las dirigen los vaqueros el ganado vacuno para su venta y distribución. Con ello los dueños de los salooms y de las tiendas de lugar, obtienen pingües beneficios, pero también numerosa gente se lleva un balazo o paliza. Y es que el alcohol es uno de los bienes más considerados y ya se sabe lo que ello conlleva y trae.
El sheriff del lugar es un ya algo viejo señor, muy cobarde y que no mueve una paja para que la situación cambie. Pero su comisario, un antiguo ganadero que se arruinó, sí que piensa que debe hacer algo al respecto.
Poco a poco, y con la ayuda de las buenas gentes del lugar y, sobre todo, de los granjeros recién llegados, plantará cara jugándose el físico.


"- Sí señor, yo le atraparé.
- Pero hombre, si es un asesino, no podrás con él.
- Pero bueno, ¿qué te crees que soy, una abejita?
- Lo tienes todo menos el aguijón
".

Mediocre western dirigido, como en él era norma de la casa, sin imaginación ni inspiración alguna por Edwin L. Marin.
Es modesto en su ambición, aunque tiene muchos intérpretes y extras. Y es movida, pero resulta insuficiente para que sea recordada más allá del momento de su visión.
Lo único bueno que tiene, junto con el buen plantel de "secundarios", donde brilla una vez más Edgar Buchanan, en el papel de sheriff cobarde, y el aquí joven Lloyd Bridges, bien en sus diálogos con la jovencísima Rhonda Fleming, es que la peli va de menos a más.




Y es que la primera mitad no puede ser más sosa. Ritmo lento, apenas algún suceso feliz, algo insulso, y más canciones a cargo de Ann Dvorak de las que se debería permitir en un western que no sea un musical.
Sin embargo, hacia la segunda mitad, el western más o menos férreo se presenta y comienza a interesar, y sin ser nada especialmente buena, sí que cumple con su función de entretener. Hay espectaculares escenas de estampidas (provocadas por los vaqueros, que aqui son los villanos), que a su paso arrasan con inocentes colonos, aplastándolos sin piedad.
Por ello el sabor final es aceptable y se llega al aprobado.
Pero es una peli mediana, que no contribuyó precisamente a aumentar la calidad del género.




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