miércoles, 16 de junio de 2010

EL CLUB SOCIAL DE CHEYENNE (Cheyenne Social Club, The). 1970. Media: 6

Un vaquero, que siempre cabalga con su mejor amigo, un empedernido charlatán, debe emprender un larguísimo viaje a caballo para hacerse cargo del legado de un familiar fallecido.
Su amigo le acompañará sin parar de hablar durante el trayecto.
Al llegar al pueblo descubrirán que lo que ha heredado es un burdel, con sus señoritas y todo.


Muy divertido western, que no obstante no es cómico. Es decir, es serio en su concepción formal, tiene el espíritu de las pelis del oeste clásicas y no toma con mofa su estructura ni sus elementos.
Lo que sucede es que tiene mucho humor, dado lo peculiar de muchos de sus personajes y los fluidos diálogos, sobre todo entre los dos protagonistas.
Hace reír de veras, pero también se suceden las escenas serias, aunque evidentemente casi todo dentro de un contexto poco estirado y nada grave. Vamos, que lo único que pretende, y logra de sobra, es entretener a la peña, dándole momentos de chanza junto a otros de acción muy bien rodados todos ellos.
El director del film es nada menos que Gene Kelly, inolvidable actor/bailarín, que tantas gratas y excelentes obras consiguió tanto como actor como en labores de realización (y/o co-realizador, como por ejemplo con Stanley Donen).




Aquí, en apariencia, está algo alejado de su cine, pero no, logra gracias a un buen guión de nada menos que James Lee Barrett, que adapta soberbiamente la novela de Davis Grubb, un sólido y muy ameno trabajo, que deja un buen sabor de boca.
Es posible que al cabo de no demasiado tiempo a uno/a se le olviden los detalles, pero no el grato recuerdo de una peli muy agradable, con una espléndida fotografía de William H. Clothier, otro que tal bailaba..., y a la estupenda banda sonora de Walter Scharf.
En cuanto al elenco interpretativo, además de la singular pareja de soberbios protagonistas, ambos íntimos amigos en la vida real (si no hablaban de política, que ahí podían saltar chispas...): James Stewart y Henry Fonda, están característicos tan entrañables como Robert Middleton y/o Charles Tyner, por no hablar de Robert J. Wilke, uno de los mejores "secundarios" que ha dado el cine yanqui.
Mención aparte para Shirley Jones, que vuelven a repetir fortuna tras la obra maestra indiscutible "Dos cabalgan juntos", del maestro Ford.
Una película "para pasárselo bien".







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